miércoles, 13 de septiembre de 2017

¡PODEMOS TENER CONVERSACIONES MÁS ALTAS!

Evangelio según San Juan 3,13-17.
Jesús dijo a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.
De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
para que todos los que creen en él tengan Vida eterna. 
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.»

Ya no se habla del cielo, sino de chisme en el trabajo ¿Acaso eso es cielo? El Cielo se volvió comentar quien anda con quien en la oficina, “tenía esposa” “se viste feo” “severa camioneta, por eso anda con ella”, etc. ¡Podemos tener conversaciones más altas!, miremos a Jesús, charlemos por lo alto, lo cual no se aleja de lo simple, lo sencillo, pero con eternidad, con libertad de espíritu, no en un ánimo de juzgar, sino de que todos nos salvemos, acaso tu y yo no necesitamos salvación, tú que eres toda pálida, yo que soy todo seco, tu que eres boquiflojo, tu que eres toda perezosa, hablemos en conversión, en el otro podemos a veces ver reflejados nuestros pecados, entonces pongámonos en manos de Dios, y pongámola a ella o a él, juntos, en clave universal. No digamos de esta agua no beberé, solo la gracia de Dios, nuestra humanidad no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario